martes, 19 de febrero de 2013

Abuela María


Hay personas a las que conocemos, queremos y admiramos. Unas están próximas a nosotros por familia, por amistad, por trabajo; otras lejanas, pero las recordamos, echamos de menos y añoramos;  incluso, cuando volvemos a encontrarnos parece no haber pasado el tiempo, es como si nos hubiéramos visto hace solo unos días. El calor, la sonrisa, el afecto están intactos y siguen alimentándose de forma espontánea. Estas personas son un lujo, uno de los valiosos regalos que la vida ha ido dándonos con enorme generosidad.

La pintura, la fotografía, la escultura y el cine, en resumen, las artes visuales tienen la capacidad de perpetuar la imagen de una persona y, aunque esta haya desaparecido hace mucho tiempo, al contemplar dicha imagen, los recuerdos vuelven, fluyen, y esta permanencia adquiere una consistencia tal que nos permite recordar momentos bellos e intensos con ella vividos, compartidos, disfrutados o sufridos. Incluso, a veces, podemos sentir su presencia próxima a nosotros. Aunque solo sea mentalmente podemos hablarle, contarle nuestras cosas y de alguna manera, al hacerlo, aunque no conteste nuestras preguntas y no responda a nuestras dudas, sorprendentemente, de alguna manera, nos sentimos reconfortados.

Abuela María era la figura sabia y enérgica, la referencia más importante de mi familia. La única abuela que aún vivía, pero además, a sus noventa años, poseía una mirada, una expresión y una imagen de fuerza inusitada. Yo, que llevaba toda mi vida llenando papeles y ejercicios, incluso exámenes, de dibujos y colores decidí, con esa osadía que da la juventud, hacerle un retrato, mi primer retrato, y, aunque esta idea fue mal recibida por mi padre, el patriarca y mandamás de la casa, seguí adelante. Cuando se lo comenté a ella estuvo encantada y dispuesta a posar cuantas veces fueran necesarias



Abuela María. Grafito/papel. 1976

Hay momentos de aquellos días en que fui a su casa para pintarla que aún permanecen nítidos en mi memoria. Su alegría comedida al recibirme, su postura enhiesta, su mirada directa, limpia y cargada de sabiduría, su actitud. Posaba erguida, coqueta, sin cansancio aparente y sin languidecer, no en vano era María la “Galla”.
  
– ¡Ponme guapa!- le decía a mi tía Josefa – ¡Que viene mi nieto a pintarme!-.

Vestida de negro y con los pendientes que le regaló siendo joven el abuelo Mariano, muerto de neumonía al no encontrar antibióticos hacía más de cuarenta años, dejándola viuda con ocho hijos, en los años del hambre. El cuadro estuvo en su casa hasta que murió a los noventa y cuatro años, después en casa de mis padres y ahora en la mía. A veces, cuando miro su retrato, el primero y uno de los mejores que he pintado, la siento frente a mí, posando, contándome cosas, sonriendo.

Fue una de las mejores modelos que he tenido y una de las mujeres más grandes que he conocido. 



17 comentarios:

  1. Nada es casualidad: justo hoy he leído que Garcia Márquez dijo que la vida no es la que uno vivió sino la que uno recuerda, y cómo la recuerda para contarla...Conocía tus vivencias en torno al dibujo de tu abuela, pero ahora, al leer tu relato sobre ello, me he emocionado. Me siento orgullosa de tí, de lo que has vivido y de cómo le das sentido al narrarlo...

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    1. Lo que dices significa mucho para mí, sobre todo, a semejanza de lo que digo en el texto, viniendo de la mujer más grande que conozco: TU

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  2. Después de contemplar el resultado, contradecir al patriarca, mereció la pena. Excelente relato y mejor retrato.

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    1. A veces, al contemplar alguna de mis obras tras pasar mucho tiempo desde que la pinté, pienso que ahora lo haría de otra manera, de otra forma. Con el retrato de mi abuela María esto no me pasa, incluso pienso que si lo hiciera ahora mismo difícilmente saldría tan expresivo

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  3. Maravilloso retrato, Martín. Dan ganas de abrazarla! Orgullosa y feliz de que la retrate su nieto, intentando ponerse seria para tal ocasión. Pero no consigue esconder su satisfacción. Me encanta lo que has escrito. Un beso!

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    1. Muchas gracias Nené. Que alegría reencontrarte. Con ese retrato empezó mi aventura como pintor que ahora continua con unas acuarelas que estoy pintando sobre Venecia y Treviso, en recuerdo del maravilloso viaje que compartimos

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    2. Estoy deseando verlas! Y veros! Hace un par de semanas nevó y Venecia estaba toooooda blanca! Un besote!
      Nené

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    3. En unos días te mando las imágenes. Cuando termine la última de ellas que precisamente es de Treviso. Muua!!!

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  4. Bueno ese anónimo soy yo, Nené, no sé qué perfil escoger...

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  5. Bueno, me he emocionado, pues me ha recordardo a mi ab uela materna Rosa, preguntalé a Eva y veras como tengo razón. Tambien era una mujer de esa estirpe, maravillosa, siempre estarán en nuestro pensamiento. Enhorabuena por tu pintura, yt por tus palabras para ella, vaya, vaya, que estaria orgullosa de su nieto. Un beso Charo

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    1. Muchas veces, no lo olvides, las persona mayores como mi abuela María o como Tú, sois capaces de llenar de luz la vida de las personas que os rodean, que os admiran, que os quieren.

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  6. Tienes una gran facilidad para verter la imagen en evocadoras palabras que valoran afectivamente la vejez, etapa vital impregnada de soledad y fragilidad, lo que justifica el miedo a no morir - no a morir - en una creciente decadencia. En efecto, la salud, el amor, la amistad,...son auténticos milagros cotidianos.

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    1. Y depende de nosotros mismos que sigan siéndolo. Muchas gracias

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  7. Me ha encantado tanto el relato como el retrato. Es un lujo la evocación que haces: las personas mueren cuando nadie las recuerda. Es maravilloso sentir que tu abuela vive a través de tus palabras. Un beso, poeta. Ana

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    1. Creo,además, que ese recuerdo es más perdurable cuanto más auténtica fue su existencia. Gracias gracias!!

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  8. Martín, es PRECIOSO, con todas las palabras :) tal como estuvimos el jueves pasado en el taller de pintura hablando, las abuelas lo son todo! Siempre estan orgullosas de sus nietos y nietas :) y por ello...nos empachan a comida (su mayor especialidad) y nos llenan de besos cada vez que nos vuelven a ver aunque solo hayan pasado unas horas. ;) Un beso! Belén.

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    1. Muchas gracias Belén, y lo que dices es cierto, solo esperemos que cuando nosotros seamos abuelo y abuela no seamos así. Aunque seguro que haremos lo mismo. Muua!!!

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