La semana pasada, buscaba unos
papeles de dibujo que compré hace tiempo en Lisboa y que ahora necesitaba para
la serie de acuarelas venecianas que estoy realizando, hice un descubrimiento
sorprendente.
Hace ahora quince años
estuve dibujando varios meses para el suplemento cultural de un periódico de
vida efímera, donde realizaba la portada de dicho suplemento, generalmente basada
en algún hecho cultural o artista relevante, y varias ilustraciones para la crítica
de libros y cine, más el relato o cuento breve de algún autor novel de la
contraportada.
Fue un reto tremendo para un
pintor tan reflexivo como yo, que elabora tanto sus obras y me llevó a la obligada
inmediatez de los apuntes y los bocetos. Eso, aunque a veces era muy
estresante, también fue muy fresco y creativo. Realizar cuatro dibujos, aguadas
o acuarelas semanales de temática muy diferente y de la cual, a veces, me
enteraba al día anterior. Como decía, mi colaboración solo duró varios meses pero, aun
así, realicé más de 100 dibujos.
Pues bien, revolviendo entre
estantes y cartones buscando esos papeles, tropecé con una carpeta vieja y
ajada, llena de polvo, que, para mi sorpresa, contenía gran parte de aquellos
dibujos. Lo poco que me pagaban era por su publicación pero, afortunadamente,
la propiedad seguía siendo mía y allí estaban. Había más de ochenta. Hacía
tiempo que no pensaba en ellos, sabía que los tenía, pero estaban olvidados.
Fue como el reencuentro con
una pintura que no veía hace años, muchos años… Sorprendente ¡Emocionante!
A pesar del tiempo transcurrido
creo que muchos de ellos tienen una calidad bastante raceptable y quiero
compartirlos en este espacio. La mayoría son dibujos a tinta, algunos con lápiz
sepia y varios con técnicas mixtas.
He seleccionado inicialmente
algunos de los retratos de escritores, músicos, pintores y artistas, varios de
ellos alicantinos, que dibujé, en los cuales sus partituras, firmas o la
temática de sus creaciones ocupan una parte importante de cada obra.
Aquí están, seis de ellos, después de quince años:
Martín
Alía:
Gabriel Miró. Tinta/cartón. 1997.
Martín
Alía:
Eusebio Sempere. Tinta/cartón. 1997.
Martín
Alía:
Oscar Esplá. Lápiz/cartón. 1998.
Martín
Alía:
Franz Schubert. Técnica mixta/cartón. 1997.
Martín
Alía:
Federico García Lorca. Tinta/cartón.
1998.
Martín
Alía:
Miguel Hernández. Tinta/cartón. 1998
Sensacional relato, sensacionales dibujos, enhorabuena, un abrazo Charo
ResponderEliminarDibujar siempre me ha gustado mucho y fue una gran motivación para hacerlo todas las semanas. Muchísimas gracias y un beso
EliminarMuy interesante. Eres una caja de sorpresas. Ana
ResponderEliminarEsta faceta casi la tenía olvidada, pero como decía, ha sido un reencuentro muy emotivo. Muchas gracias y muchos besos
EliminarEstupendos dibujos, me gustan especialmente el de Eusebio Sempere, que le capta a la perfección, con ese gesto tan suyo, y el de Oscar Esplá, y su mirada bondadosa.
ResponderEliminarEres tremendamente agudo. El gesto y la mirada, las partes más expresivas de un rostro. Las claves de un retrato. Muchísimas gracias!!!
EliminarMis preferencias coinciden con las de José Miguel."El gesto y la mirada"...Espero que no caigas en la deformación profesional de andar "psicoretratándonos" a alumnos y profes, porque...¡Vaya reto!
ResponderEliminarLapsus imperdonable: "psicorretratándonos".
ResponderEliminarTe he comentado algunas veces que soy muy observador, no podía ser de otra manera. Los rostros, las manos... me fascinan, pero no se me ha ocurrido nunca "psicorretratar" a ninguna de las personas que respeto. Muchos besos!!!
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