¡Querida, queridísima Marián!
Cuantas cosas, cuantas vicisitudes compartidas en nuestro querido Jorge Juan.
Llegamos el mismo día al instituto de tan excelente y sonoro nombre: Jorge Juan.
No podía ser de otra manera nominado así en honor de uno de nuestros primeros
científicos y mejores marinos
Siempre recordaré tu sonrisa, tu mirada limpia, tu porte
elegante. Tu inglés y mi dibujo, tan diferentes y tan complementarios cuando
hay sinfonía entre compañeros, personas. entre amigos.
Y como no, también Lisboa, maravillosa ciudad,
con sus calles, plazas y tranvías. Y su
música…
Algo de ello traté de
plasmar en mi obra “Música en Lisboa”, que tú también comprendiste y valoraste
hasta el punto de hacerla tuya y que, según me cuentan quienes más te quieren ocupa un lugar destacado en vuestra casa.
Que mayor orgullo para un
artista.
Me quedaré siempre con la
imagen de mi visita a la clínica donde tratabas de sobreponerte y donde aún en
momentos tan difíciles con tu dulce sonrisa, hablamos de la familia, del mar,
los amigos y la pintura.
Era por la tarde y, llegada
la hora mágica del crepúsculo me dijiste mirando hacia la ventana:
-¡Martín, cuando veo los colores del atardecer, esos
rojos, anaranjados y violetas entre las nubes, -Como ahora- Siempre me acuerdo
de tus pinturas, de tus cielos…!!!
Otro gran reconocimiento y
más viniendo de una persona tan sensible como TÚ.
Querida Marián, allá donde
estés siempre te recordaremos, porque siempre, siempre, estarás con nosotros.
Martín
Alía:
Música en Lisboa. Técnica mixta/cartón.
32 x 28 cm. 2008.
Propiedad de la familia de Marián Sarasa. Alicante.
Muy emotivo. Ana.
ResponderEliminarSuele ocurrir que la ausencia de los que ya se han ido resulte muy pesarosa al constatar el vacío creado por todo aquello que entre ellos y nosotros no fue dicho. Me alegra saber que no es este tu caso.
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