Otra vez la vida, cuando menos lo esperaba, me hizo uno de
sus valiosos regalos. Hace unos días se presentó en Alicante la Revista AUCA de
las letras, que en su número 26 lleva un monográfico dedicado a mi obra
pictórica y donde se presentan varios poemas inspirados en algunas de mis
pinturas.
No deja de sorprenderme la interpretación que cada persona
hace, hacemos, sobre las cosas, en este caso sobre mis obras. Cuando pinto trato de
plasmas mis ideas, anhelos, emociones o inquietudes y es interesantísimo ver como otros descubren en mis
cuadros cosas nuevas que, estando en ellos, yo ni siquiera sospechaba.
Este es el caso de los poemas que el otro día se presentaron y que junto a la obra en que tuvieron su origen aparecen a continuación:
En sus manos, óleo/lienzo. 81 x 60 cms. (2011)
Manos
Nadie sabe qué busca, qué
reclama
este vuelo de manos en su
anhelo.
Nadie sabe a qué va y hacia
qué cielo
se levanta, se yergue, se
encarama.
Tal vez busca otras manos y
las llama
pero nada se sabe del
desvelo
del rostro que las mira.
¿Son un vuelo,
son música de oculto
pentagrama?
Son manos o palomas
suspendidas
entre un cielo o un mar
sobrecogido,
que en su óleo nos da Martín
Alía.
Vuelo, alzamiento, sueño de
la vida
gozo, y afán y amor
estremecido
definición y plenitud del
día.
II
Manos que buscan nubes por
el cielo,
vienen de un mar tal vez
recién pintado.
Manos que surgen, manos que
han alzado
hacia arriba, a lo alto, su
ancho vuelo.
Manos de libertad, manos de
anhelo
inquietud o quietud a que
han llegado
¿qué nos cuentan o dicen,
qué recado
o saludo transmiten hasta el
suelo?
¿Qué nos quieren decir, a
qué aventura
nos llevan, nos regresan,
estas manos,
estas abiertas manos
prodigiosas?
Tanto gozo transmite la
pintura
que somos deslumbrantemente
humanos
y capaces de amar todas las
cosas.
Francisco Alonso Ruiz Pérez
El
tiempo detenido, óleo/lienzo.
65 x 54 cms. (1991)
Humanizados
mares que las piedras limitan
Se pierde la
mirada en el azul purísimo
aunque en su
centro brota un gris casi incipiente.
A lo lejos se
rompe el telón que los cierra,
y un horizonte
pétreo lo encuadra y lo limita.
Un faro que
corona el promontorio
manifiesta y
proclama humana previsión
en es carpada
y tan hinies ta roca.
Inscrito es tá
en el marco donde Martín
muestra la conocida imagen,
desde la que se extiende un gran mantel,
donde reposan útiles
e instrumentos
que a industrias y labores
ilustran y acompañan,
así naturaleza únes e
al artificio
y entonces es Martín quien logra en su pintura
dibujar el milagro que siempre nos define,
la amalgama que nace cuando el hombre dibuja su
existir en el orbe.
Miremos el azul, mirémonos en él,
en el mar y en su entorno,
descubramos así lo que somos y amamos,
entre cartas y sobres,
entre faros y piedras
y tal como Martín nos lo presenta
contemplemos el tiempo
en que, juntas, nos forjan la sociedad y la
naturaleza.
El tiempo detenido en un mar que
Martín humaniza y recrea
Otoño, mixta/tabla. 92 x 73 cms. (1986)
Otoño
Ha llegado el otoño.
Ha anunciado su venida
la sinfonía del viento,
las nubes navegando en un cielo apagado,
el silencio de los pájaros…
Mas tú, muchacha desconocida,
te has percatado de su presencia
en el momento de salir hacia la fiesta
para la que te has acicalado.
Sin atreverte a cruzar la puerta,
miras con gesto serio la danza de las hojas,
y dejas caer desmayadamente los brazos
renunciando a tu escapada.
Yo me atrevo a pedirte:
Aprovecha tu tiempo.
Disfruta de la fiesta antes de que comience la
lluvia.
No temas al otoño que es periodo –algún día lo
comprobarás-
de maduración, de plenitud, de cosecha,
y la estación que sin duda viste a la
naturaleza
con los más hermosos y dorados ramos,
cómo nos demuestra la paleta de Martín Alía.
Mª Rosario Mohinelo
Pórtico y perfil VII. Téc. Mixta/Cartón. 64 x 50
cms. (2005)
Tras el balcón del mar
Tras el balcón
del mar blanquiazulado
una joven
doncella se detiene
y despliega los
ojos que mantiene
con la triste
mirada en el pasado.
Ignora que su
cuerpo ha naufragado
y el arco de la
gloria la retiene
mas su alma
danzando se entretiene
en busca de su
ser enamorado.
Tras el balcón
del mar y bajo el arco
ha perdido su
cuerpo una doncella
y mira
entristecida a otra parte.
Su alma
prisionera en este marco
eternamente
joven y tan bella
pintada en
lienzo ha sido, con mucho arte.
Lucía Espín
El pasado, Panel
izquierdo del tríptico “Tiempo y psiquiatría. Oleo/lienzo. 162 x 116 cms.
(2000)
Entre la piedra
Ahora
aún en este instante
en la hora ácima que aguarda
soy de piedra
y mi columna
pétrea lanza de cal
agua cautiva
se yergue sumergida
en la rígida
textura de los huesos.
Ahora
en este instante
me acecha la espesura
el bocado que hiere
la mano que vacila
la voz acorralada
en la fría dentadura.
Soy en la piedra
porque un día odié mis alas
aborrecí al viento
y descendí hecha cuchillo
para morder la tierra
y levantarme
saborear la huella
lamer esa muralla
que rodea mi pecho
y escalarme.
Acariciar los surcos de los otros
y devorarme entera
grito a grito
piedra a piedra.
Julia Díaz Climent
El acto tuvo como colofón la presentación de este, para mí, precioso y emotivo vídeo:
Por todo ello, desde aquí, gracias por las palabras, los poemas y la música. GRACIAS