De siempre hay creadores a los
que parece perseguir una maldición. Sus obras suelen ser comprometidas, estremecedoras, crudas,
geniales y, casi siempre, incomprendidas. Y a veces, demasiadas podría decirse,
el artista que las crea también. Porque si la obra es auténtica, será un
reflejo y una parte inseparable de su vida, de sí mismo.
De ahí el tremendo drama que la
incomprensión hacia la obra y el desprecio a su creador conllevan. Cuando el
enorme esfuerzo mental y físico que supone el acto creativo no es ni siquiera
mínimamente reconocido, ocasiona una frustración tal, que el espíritu sensible
del artista no puede soportar, y abandona. Dejando por voluntad propia de crear
unas veces, y otras, trágicamente, de vivir.
Vincen van Gogh, Amadeo Modigliani, Gabriel Celaya, Jackson Pollock,
Juan Belmonte y muchos más… Demasiados. Cuando sintieron que su obra o su
vida no tenían sentido se fueron, nos dejaron. Afortunadamente quedaron sus obras
maravillosas, pero nosotros, tras su marcha, somos más huérfanos.
Quiero desde este espacio rendir
un sentido homenaje a la poetisa argentina Alfonsina
Storni que se suicido en 1938 en Mar del Plata saltando a la mar desde una
escollera, y cuyo dramático final inspiró una zamba compuesta por los
argentinos Ariel Ramírez y Félix Luna, publicada por primera vez en el disco de
Mercedes Sosa: “Mujeres argentinas” en
1969. Aunque, según rumores, la canción está inspirada en una supuesta carta de suicidio y cuenta que nos
dejó tras internarse lentamente en el mar, para no volver, para siempre.
El tema ha sido interpretado por
numerosos artistas pero, para mí, la voz incomparable y rota de Mercedes Sosa
representa el mayor homenaje, no solo a Alfonsina, si no a todos y cada uno de
los artistas abandonados a su trágica suerte.
Dejo aquí, como sentido homenaje,
su imagen, sus palabras y la música tierna, dulce y desgarradora en ella
inspirada.
Entre los diversos vídeos editados donde Mercedes Sosa interpreta esta canción, he seleccionado este correspondiente a uno de sus últimos conciertos donde vemos que a pesar de las huellas que el tiempo, el exilio y su constante lucha contra la intolerancia han dejado en ella, su voz permanece inalterable.
Muchas veces, son las oscuras fuerzas de la naturaleza, más que la presión social, las causantes del drama. Resulta curioso el que Goethe escribiera "Las aventuras del joven Werther" en tan solo cuatro semanas, alentado por la atracción que en él ejercía la prometida de otro hombre, identificándose plenamente con los sentimientos del protagonista, hasta el punto de justificar su suicidio, que fue imitado por varios jóvenes románticos, vestidos como Werther. En cambio, el autor se aferró a la escritura. Hoy en día esta novela se puede tildar de sensiblera, pero no deja de ser acertada su consideración sobre el suicidio: resulta tan absurdo tachar de cobarde a quien se quita la vida, como a quien muere de una muerte maligna.
ResponderEliminarEn su punto, Loli y Martín, con todo acierto... ¡Y qué se le va hacer! Ahí está Belmonte, tan bien traído por Alía. Son más radicales que la Vida, que ya es decir.
ResponderEliminarBelmonte, un genio, capaz de sortear con su arte magistral a los toros más fieros y que, como tu dices, un día, de la manera más radical, se quitó de en medio. ¡Va por usted, Maestro!
EliminarSorry, la impulsividad me ha acelerado el pensamiento antes que la escritura haciéndome cometer un lapsus: no considero más reprochable el suicidio que la muerte a causa de una "fiebre maligna".
ResponderEliminarLa VIDA es para mí, sin duda alguna, la primera y mayor de las artes. Ni la música, ni la pintura, ni la literatura... ¡Nada es más importante!. Y saber vivir, el arte supremo. Hemos de buscar, y encontrar, la energía que nos ayude a solventar cada una de las pruebas y de los precipicios con que nos encontramos y, entonces, si logramos esto, alcanzaremos sobre todo ante nosotros mismos, el mayor reconocimiento
EliminarQue dififil es saber vivir, pero es la vida que a lo
Eliminarlargo del camino te va enseñando, y aúnque quisieras haber aprendido antes, NUNCA ES DEMASIADO TARDE. uN BESITO CHARO.
Tu eres un ejemplo vivo de esa tenacidad para seguir adelante. Ilusionada, enamorada, y cada día más querida y respetada. Gracias por seguir enseñándonos. Martín
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