La figura que aparece en
este cuadro que formó parte de mi última exposición se llama Marina. Posó en un
principio solo para las manos, aunque después me gustó tanto que utilice los
apuntes para la figura completa.
Martín Alía: "En la ventana". 65x53cm. Técnica mixta/cartón. 2011.
Marina es una mujercita
joven y divertida, sincera y estudiosa, desordenada e insegura… un trasto estupendo,
en resumen y según el término acuñado por ella misma: un “cosito”; a quien le
gusta, le mola, le pone, le encanta la música. De Green Day a Coldplay, de
Vivaldi a Tchaikovsky, de… a… y otros grupos ruidosos, machacones y estridentes
de nombre impronunciable. Música que escucha a todas horas, sobre todo cuando
se ducha, a ¡todo!, perdón, a escaso volumen, ¡por supuesto!
Hace tiempo hablaba de un
grupo semidesconocido que había descubierto en el tráiler de la última versión
de la película Sherclok Holmes cuya música era del hasta entonces para ella
desconocido grupo E. S. Posthumus. Cuando esta música sonaba, a todos nos
parecía estupenda y cuando le preguntábamos quien era el autor contestaba que
no lo sabía. Después descubrió más temas y por fin el nombre del grupo, que se
dedicaba, fundamentalmente, a componer música para el cine. Al final consiguió
un álbum completo y a todos nos encantó.
En un viaje a Madrid, en la
Fnac de Callao, buscó más álbunes del grupo pero allí, uno de los “expertos” de
la enorme planta dedicada a la música le dijo que dicho grupo “no existía”. Consternada
y con esa cabezonería que caracteriza a muchos de su generación, en Internet,
-¡cómo no!-, encontró un segundo álbum
y, poco después, buscando más temas de ellos, la triste noticia de la
desaparición del grupo tras la muerte de uno de sus componentes.
Dejo aquí tres de los temas
de E. S. Posthumus algunos de los cuales están ilustrados, además, con pinturas
de Carabaggio, el maravilloso y terrible pintor que a finales del siglo XVI
inició el camino del barroco italiano y el tenebrismo español. “San Mateo y el ángel”
en Nara y “David con las cabeza de
Goliat” en Unstoppable.
Estoy convencida de que la atrayente belleza del cuadro radica en el acentuado contraste existente entre la luminosidad -la vida- y la fuerza procedentes del exterior y, a su vez, encarnadas en la joven, que con tanta serenidad nos muestra unas manos estéticamente perfectas, frente a la vetusta y deteriorada ventana, testigo del implacable paso del tiempo captado por un primoroso catador de belleza.
ResponderEliminarEl tiempo... Juventud y belleza en la joven y antigua dignidad en la maderas unidas a la fuerza de la luz... Difícilmente se podía comentar y valorar mejor esta obra. Gracias
EliminarMe gusta mucho tu texto ya también, ¡cómo no!, el acertado comentario de Loli. Sois tal para cual: un par de poetas.
ResponderEliminarPor cierto, la música me ha gustado mucho.
Ana.
Gracias, gracias, gracias!!!. Pues sí, la música es estupenda y se valora más aún al ser descubierta y apreciada por una mujercita
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