Hace tiempo un amigo, a
quien admiro y respeto cada día más, me dijo:
─ ¡No te engañes Martín, existe la ley,
la justicia es otra cosa!
En la ya comentada ”carpeta de dibujos” encontré dos dibujos que vienen al pelo de lo
arriba expresado. Ahora no podría hacer otros nuevos que fueran más
representativos de tan tremenda frase.
Y pensar que fueron hechos
hace quince años y, sin embargo, son tan tremendamente actuales. No tenían
título; ahora se lo he puesto.
El primero, y no pretendo
echarme flores, es limpio, simétrico, equilibrado, luminoso, con color; como a
mi juicio debe ser la ley.
Martín
Alía.
“La ley”. Tinta y acuarela/cartón.
26-04-98.
El segundo es caótico,
tortuoso, gris, oscuro, como gran parte de nuestra justicia; en último término,
a modo de horizonte, insinué el mar, la luz.
Martín
Alía.
“La justicia”. Tinta y acuarela/cartón.
1998.
¡Ojalá, a nosotros, esa luz
nos llegue pronto!
Pues sí, tienes toda la razón, una cosa es la Ley y otra la Justicia. Y esto da para debatir bastante, pero yo me quedo con tus dibujos que ilustran muy bien lo que expones en tu texto. Ana
ResponderEliminarMuchas gracias por tu elección. La verdad es que era una idea que rondaba en mi cabeza y que cobró forma al encontrarme con los dibujos. Besos
EliminarYa que la literatura amplía - enriqueciéndola - nuestra vida, la entrada me ha hecho evocar el ideal cervantino de autoridad. Antes de que Sancho gobierne la supuesta "ínsula", recibe de su amo los más sensatos y, ante todo, humanos, consejos que sobre la Justicia se han escrito. Entre ellos, me resultan especialmente atractivos los siguientes: "Si acaso doblares la vara de la justicia, no sea con el peso de la dádiva, sino con el de la misericordia. Cuando te sucediere juzgar pleito de algún enemigo tuyo, aparta la mente de tu injuria y ponla en la verdad del caso/.../ No te ciegue la pasión propia en la causa ajena..." En suma, que soy una admiradora incondicional de la humanidad cervantina.
ResponderEliminarLos genios, y Cervantes fue uno de los mayores, tienen la capacidad de la "misericordia" de la cual, a veces, quizás demasiadas", yo me olvido. Muchísimas gracias por la cita y por seguir ahí. Un abrazo.
EliminarLa justicia, me parece, es un desideratum, una meta que nunca llegamos a alcanzar, seguramente porque algo falla en nosotros, nuestro egoísmo, nuestros prejuicios, nuestros intereses, etc, pero por eso justamente el legislador cuando es pone a escribir la ley debe intentar el máximo de imparcialidad, de racionalidad y de humanidad para que al menos el ámbito de la ley sea, como tú bien dices, limpio, simétrico, equilibrado. Y menos mal que aún nos queda la ley!
ResponderEliminarUn abrazo
La respuesta a tu comentario es el "comentario" siguiente. Me equivoqué de lugar al escribirlo.
EliminarEs cierto, tenemos una LEY con mayúsculas que, según los entendidos en la materia está bien redactada y es justa. El problema viene, como ocurre muchas veces, en como aplicarla y eso, a mi modo de ver, es la JUSTICIA. Pero, seamos optimista y esperemos que cada vez se haga mejor.
ResponderEliminarUn abrazo