Antes
de iniciar la travesía rumbo a Cerdeña pasé unos días en Asturias en compañía de unas personas maravillosas. Nada más llegar
al lugar y encontrarnos con la preciosa casa de indianos llamada La Casona del Caleyu, junto a la
población de Sala, me asaltaron multitud de formas, colores y motivos para
pintar y dibujar, lo que quedó plasmado en una acuarela del espacio interior delimitado
por los edificios y un dibujo del poderoso tronco de una higuera situada frente
al edificio principal. La acuarela quedó como regalo a los dueños de la casona
y el dibujo, que aquí se reproduce, formará parte de mi próxima exposición a
celebrar en la Casa Museo Orduña en Castell de Guadalest durante el primer
trimestre del año próximo.
Martín Alía: “Tronco de
higuera. Casona del Caleyu, Asturias”. Lápiz/papel. 2014
La
vuelta de tierras asturianas fue justo el día anterior a la partida en que
zarpamos inicialmente rumbo a Menorca, única de las Islas Baleares que yo y
otro de los compañeros desconocíamos. Dos días más tarde fondeamos en la
ensenada de Ciudadela donde pensé realizar un apunte de la torre vigía y el
faro pero -¡que despiste!- había olvidado en tierra mis acuarelas por lo que,
deseoso de pintar como fuera, hice un dibujo con lápices de color tratando de
reflejar la tranquilidad que en aquella jornada mostraba la mar.
Martín Alía: “Torre y
faro de Ciudadela. Menorca”. Lápices de color/papel. 2014
Al
día siguiente navegamos rumbo sureste buscando la escarpada costa sur de la isla repleta
de acantilados, profundas ensenadas y pequeñas calas y playas. Al atardecer
fondeamos en la abrigada Cala Mitjor y a la mañana siguiente, utilizando unas
acuarelas que Juan el patrón sí había traído, pinto el gran acantilado de tonos
ámbar que está frente a nosotros, la oscura cueva que en la roca orada incansable
la mar y el verde arbolado que rodean una minúscula playa.
Martín Alía: “Cala
Mitjor. Menorca”. Acuarela/papel. 2014
Días
después, ya en Córcega y Cerdeña, vendrían los apuntes de “Cala Fígari”, “Barcas en la Maddalena”, “Rocas a flor de agua” y “Sardo”
publicados en entradas anteriores.
Más adelante, estando en la Marina de Sant´Elmo
de Cágliari constaté, una vez más, la buena costumbre de muchos club náuticos que
habilitan un espacio donde marinos de diversos barcos y nacionalidades
depositan libros y revistas que ya han leído y no utilizan, creando así un
fondo bibliográfico donde otros navegantes podrán, a su vez, intercambiar por los
suyos propios.
Próximo
el retorno, y previniendo que en los días que restaban para realizar la larga
travesía de vuelta y donde, salvo auténtica necesidad no haríamos escala, tomé
tres de esas revistas por ver de encontrar alguna imagen que sirviera como
modelo para llenar las muchas horas que nos quedaban por navegar. Quedaría mucho mejor decir que
los estudios de rostros femeninos que dibujé corresponden a dos de esas novias que los marinos tienen en cada
puerto pero, al menos en mi caso, no fue así.
La mitología gusta de representar
oral o plasticamente los deseos, angustias, anhelos y sueños de los mortales,
creando historias, mitos y personajes heroicos o románticos. En este caso las
modelos únicamente son náyades y sirenas de papel; solo espero haber estado con
mis trazos a la altura de su belleza.
Martín Alía: “Perfil de
mujer”. Lápiz sepia/papel. 2014
Martín Alía: “Apoyada
en sus manos”. Lápiz sepia/papel. 2014.
Quiero pedir disculpas pero en las dos últimas entradas -¡no se el motivo!- el formato del texto, de las letras, se burla de mí y sale literalmente como quiere. Hablaré con Poseidón por ver si en su divina sabiduría explica a este humilde mortal los motivos de tal hecho. Así mismo trataré de iluminar mejor los dibujos a fin de lograr fotos de mejor calidad.
Apelo por todo ello a vuestra generosa comprensión
Hermoso su trabajo. Felicidades ¿Puedo sacar un copia del ronco de la Higuera?
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